curtida por las penas de la vida.
La inclemencia se hace luz en tus años,
a través del lago de tus ojos, Viejecilla.
Madre y Abuela.
Te has tenido que hacer vieja
para enseñarme cuánto te quiero.
Has tenido que dejar pasar el tiempo
para mostrarme algún secreto de esta vida.
Te quiero Abuela.
Te quiero.
Y quiero que sepas que nada ha sido en vano,
pues todo ha valido la pena.
A mis Abuelas amadas, que
tanto me han enseñado.